
Deconstruyendo la microbiología mordisco a mordisco
Vigilando la microbiota intestinal
La microbiota intestinal es el conjunto de los microorganismos que se encuentran en el intestino, los cuales no sólo incluye bacterias sino también virus, hongos y arqueas. En un cuerpo humano sano, poniendo a un lado las diferencias individuales (debido al medioambiente, hábitos dietarios o la intensidad de la actividad física de cada individuo) encontramos microbios similares.
La microbiota intestinal es esencial para asegurar el correcto funcionamiento del cuerpo humano. Cuando todo va correctamente, los microorganismos se ayudan mutuamente así también como al humano en el que se hospedan, lo cual se llama simbiosis. Aún así, hay veces que pueden ocurrir desequilibrios en el microbioma (llamado disbiosis). Algunas disbiosis son el resultado de una enfermedad subyacente, otras son causa de una nueva enfermedad y, en otros casos, no se puede saber cuál fue primero, si la disbiosis o la enfermedad.
Este campo tan interesante de la microbiota intestinal está siendo estudiado cada vez más y, de manera regular, se encuentran nuevos vínculos a una nueva parte del cuerpo, a otra enfermedad o desequilibrio. Pero hoy hablaremos de una parte del cuerpo bastante alejada del intestino: ¡el ojo!
Numerosas enfermedades oculares amenazan nuestra vista, ya sea causando molestias (picazón debido a una conjuntivitis), disminución de la agudeza visual o ceguera (pérdida completa de la visión). Una de las enfermedades oculares más comunes es el síndrome del ojo seco (SOS). Esta enfermedad se caracteriza con una disminución de la cantidad y de la calidad de las lágrimas lo que resulta en una sensación de escozor y de malestar en el ojo. En la mayoría de los casos, el SOS está vinculado al envejecimiento con un 15% de la gente por encima de los 60 años padeciendo esta enfermedad.
Ya es conocido el vínculo que existe entre el envejecimiento y el deterioro de la microbiota intestinal, especialmente con una disminución de la diversidad en la comunidad de microorganismos, por lo tanto el vínculo entre disbiosis y la aparición del SOS es una hipótesis bastante plausible. Por ello, para demostrar esta hipótesis, Yoon y colegas estudiaron poblaciones de ratones de diferentes edades: 8 semanas, 1 año y 2 años. Los investigadores estudiaron tanto la evolución ocular como su microbiota intestinal. Para llevarlo a cabo, observaron la diversidad de la microbiota identificando las poblaciones de bacterias en sus heces y la sequedad de sus ojos monitoreando la cantidad de lágrimas. Los autores encontraron correlación entre el desequilibrio microbial (disbiosis) y la severidad del SOS.
Como se muestra en la figura, el ratón más viejo es el que tiene un SOS más severo y el que tiene una microbiota menos diversa, lo que lleva a asumir que existe un vínculo entre los dos.
Aún así, debido a que el grupo de sujetos era bastante pequeño (quince de 8 semanas, diez de 1 año y sólo ocho de 2 años), este estudio sólo plantea resultados preliminares que allanan el camino a otros estudios, especialmente dirigidos a humanos. Todavía hay muchos parámetros a tener en cuenta antes de sacar conclusiones para vincular la microbiota intestinal y el SOS. Sin embargo, estos resultados iniciales son prometedores y podrían algún día permitirnos curar el SOS con probióticos: reparando el desequilibrio de la microbiota añadiendo “buenas” bacterias que pudiesen disminuir la severidad del SOS.
Enlace a la publicación original: Yoon, C.H., Ryu, J.S., Moon, J. et al. Association between aging-dependent gut microbiome dysbiosis and dry eye severity in C57BL/6 male mouse model: a pilot study. BMC Microbiol 21, 106 (2021).
https://pixabay.com/illustrations/bacteria-medical-biology-health-3662695/
https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Human_eye_with_blood_vessels.jpeg
Traducido por: Celia Lobo