
Deconstruyendo la microbiología mordisco a mordisco
Alimentos ultraprocesados: el archienemigo del cerebro
En años recientes, la preocupación sobre el impacto de nuestra dieta en nuestra salud ha ido en aumento. Los investigadores han estudiado diferentes dietas para identificar cuáles son beneficiosas y cuáles pueden provocar problemas de salud. Una dieta saludable contiene todos los nutrientes esenciales que nuestro cuerpo necesita para funcionar de manera óptima. Sin embargo, ciertas dietas altas en alimentos ultraprocesados pueden dañar nuestra salud. Estos alimentos ultraprocesados (AUPs) generalmente son ricos en ingredientes no saludables como azúcares, grasas y químicos artificiales, pero carecen de vitaminas esenciales y fibra. El consumo excesivo de AUPs se ha relacionado con varios problemas de salud severos como obesidad, diabetes y enfermedades cardiacas. Curiosamente, una dieta rica en AUPs también puede aumentar el riesgo de demencia y otros problemas relacionados con el cerebro.
El rol de la microbiota intestinal, o los microorganismos que viven en nuestro intestino, es importante ya que mantiene nuestra salud y bienestar. Ciertos alimentos pueden alterar la composición de estos microorganismos intestinales, afectando en consecuencia nuestro estado de ánimo y memoria, y el riesgo de padecer enfermedades como la depresión y la ansiedad. Los aditivos usados en alimentos como los edulcorantes artificiales y emulsificantes pueden también interferir con nuestra microbiota intestinal y el funcionamiento de nuestros cerebros. Es crucial poner atención a los alimentos que consumimos y sus ingredientes para mantener la salud de nuestro intestino y cerebro.
La salud de la microbiota intestinal y el cerebro:
Nuestros cuerpos son hogar de más de 30 trillones de microorganismos, incluyendo bacterias, virus, hongos y levaduras. Estas pequeñas criaturas viven en varias partes de nuestro cuerpo, pero la mayoría reside en nuestros intestinos. La microbiota intestinal, como la llamamos, consiste en más de 1500 especies y juega un rol importante en nuestra salud. Ellos nos ayudan a digerir la comida, absorber nutrientes e incluso producen vitaminas. Además, interactúan con nuestro sistema inmune, protegiéndonos de patógenos dañinos.
Sin embargo, cuando el balance de estas bacterias intestinales se altera, esto puede llevar a varios problemas de salud. Por ejemplo, un desequilibrio en la diversidad microbiana se ha relacionado con la obesidad y las enfermedades inflamatorias del intestino. Los científicos han descubierto recientemente que nuestra microbiota intestinal también influye en la salud de nuestro cerebro. Enfermedades como la depresión, ansiedad, e incluso enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson y el Alzheimer pueden estar influenciadas por la microbiota intestinal.
Esta relación entre nuestro intestino y cerebro es conocida como el eje microbiota-intestino-cerebro. Es un complejo sistema de comunicación entre el intestino y el cerebro que involucra las rutas inmune, neural y endocrina. Por ejemplo, la microbiota intestinal puede producir sustancias que afectan directa o indirectamente al sistema nervioso. Estas sustancias también pueden interactuar con el sistema inmunológico desencadenando respuestas que afectan al cerebro. El eje microbiota-intestino-cerebro opera a través de múltiples rutas. Una ruta involucra el nervio vago, el cual conecta el intestino con el cerebro y regula el estado de ánimo y los comportamientos alimenticios. Otra ruta involucra la secreción de hormonas y neurotransmisores que afectan la función cerebral. A través de estas rutas, la microbiota intestinal puede influir en nuestras emociones, desarrollo cognitivo e incluso nuestra respuesta al estrés.
Recientemente, ha habido un interés creciente sobre cómo nuestra dieta, particularmente el consumo de alimentos ultraprocesados (AUPs), afecta el eje microbiota-intestino-cerebro. AUPs son alimentos altamente procesados y contienen aditivos y conservantes. Estudios han demostrado que las dietas altas en AUPs pueden alterar el balance de la microbiota intestinal, llevando a problemas de inflamación y otros problemas médicos. La alteración de la microbiota intestinal puede contribuir al desarrollo de desórdenes neurológicos y declive cognitivo.
AUPs: ¿culpables destripadores o delicias que drenan el cerebro?
En décadas recientes, los alimentos ultraprocesados (AUPs) se han vuelto prevalentes en las dietas modernas, conteniendo altas cantidades de azúcares añadidos, sal, grasas saturadas y varios aditivos. Estos ingredientes pueden alterar la microbiota intestinal, comprometer la función de la barrera intestinal, y alterar el metabolismo de neurotransmisores en el intestino y el cerebro, impactando la función y comportamiento cerebral. En un artículo de revisión reciente, científicos han reunido información de lo que se conoce sobre los AUPs y sus efectos adversos. Aquí un resumen de los puntos importantes:
- Alto contenido de azúcar: El consumo excesivo de azúcar, común en los AUPs, puede provocar trastornos metabólicos, inflamación y problemas cerebrales. El azúcar afecta las áreas del cerebro que regulan el apetito y el comportamiento alimenticio, desencadenando la liberación de dopamina y potencialmente provocando comer en exceso, y otros trastornos metabólicos. Además, las dietas ricas en azúcar pueden alterar la composición de la microbiota intestinal, provocando inflamación y neuroinflamación, y afectando la memoria y las funciones cognitivas.
- Alto y bajo en grasas: Los AUPs altos y bajos en grasas pueden afectar negativamente las funciones intestinales y cerebrales. Las dietas ricas en grasas inducen inflamación intestinal y cerebral, lo que afecta las funciones cognitivas, mientras que las dietas bajas en grasas también pueden alterar la composición de la microbiota intestinal y perjudicar las capacidades cognitivas.
- Alto contenido de sal: El consumo elevado de sal, común en los alimentos procesados, puede inducir estrés oxidativo e inflamación en los intestinos y el cerebro, lo que provoca deterioro de la memoria y disfunción cognitiva. Las dietas ricas en sal también afectan la composición de la microbiota intestinal, influyendo potencialmente en la función cerebral a través del sistema inmunológico.
- Aditivos alimentarios: los emulsionantes, edulcorantes, colorantes y conservantes que se encuentran comúnmente en los AUPs pueden alterar la composición y función de la microbiota intestinal, lo que influye en la salud del cerebro. Por ejemplo, los emulsionantes pueden alterar la diversidad de la microbiota intestinal, mientras que los edulcorantes pueden desencadenar intolerancia a la glucosa y afectar la composición del microbioma. Los colorantes y conservantes se han relacionado con la hiperactividad y la disfunción cognitiva, y algunos afectan la microbiota intestinal y la salud metabólica.

En conclusión, nuestro entendimiento de la intrincada relación entre lo que comemos, la microbiota intestinal y la salud cerebral se ha expandido significativamente en los últimos años. A través del eje microbiota-intestino-cerebro, ahora reconocemos la profunda influencia que la dieta, particularmente el consumo de alimentos ultra procesados, puede tener en nuestro bienestar. La investigación descrita en este artículo arroja luz sobre los efectos perjudiciales del exceso de azúcar, las dietas altas y bajas en grasas, el alto consumo de sal y los aditivos que se encuentran comúnmente en los alimentos procesados, tanto en la microbiota intestinal como en la función cerebral. Sin embargo, también presenta alternativas de intervención prometedoras, como la manipulación de los sistemas de comunicación entre plantas y microbios. Aprovechando el poder de este lenguaje secreto entre plantas y microbios, algún día podremos desarrollar estrategias innovadoras para mejorar el rendimiento de los cultivos, mejorar la absorción de nutrientes y mitigar el riesgo de trastornos neurológicos. A medida que continuamos descubriendo las complejidades del eje microbiota-intestino-cerebro, se vuelve cada vez más evidente que prestar atención a lo que comemos es crucial no sólo para nuestra salud física sino también para el bienestar de nuestra mente.
Link to the original post: Song, Zheyi, et al. “Effects of Ultra-processed Foods on the Microbiota-gut-brain Axis: The Bread-and-butter Issue.” Food Research International, vol. 167, 2023, p. 112730 (2023). https://doi.org/10.1016/j.foodres.2023.112730.
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Traducido por Fiama Guevara